jueves, 4 de septiembre de 2008

El Rey Fanfarrón



Chela Palacios mayo 2002

Hay muchas formas de contar cuentos pero este va a comenzar como comienzan todos los cuentos fantásticos. En un país muy lejano vivió una vez un rey extravagante hablador, pendenciero, peleaba con sus hermanos y con todo el que se le presentaba, pero sobre todo con el gran vecino. Nuestro Rey de pequeño tuvo un sueño. Siempre le decía a sus poquísimos amigos.

_ Quiero viajar, viajar, viajar, conocer todos los países del mundo, pero sobre todo tener muchos, muchísimos trajes, anillos, prendas, boinas nuevas y muchos chalecos antibalas.

Su obsesión por el viaje llegó a tal extremo que dio en menos de un año la vuelta al mundo. Dejó de gobernar, la anarquía era la reina

Sus ministros preocupados y con voz muy queda le decían al oído:-

-Mi Rey anuncian paro cívico

-Mi REY falta comida para los vasallos

- Mi Rey hay que pagar la deuda

- Mi Rey las escuelas no sirven

- MI Rey los maestros se van de huelga, los niños no asisten a clases, las madres se quejan.

-Mi Rey hoy tiene que asistir a la reunión con el primer ministro y asistir a la cumbre tal y también tiene el programa tal.

a lo que responde muy alegre

-E so si es importante, en cuanto a lo demás no tengo tiempo, mantenlos contentos, ofréceles objetos, bolsas de comida, organiza ferias domingueras y muchas obras, así me dejan tranquilo, repítanles siempre lo mismo. Yo tengo otras cosas más importantes que hacer como por ejemplo ver las disputas entre mis enemigos y colocarme la antibala numero 999.999.

Su primer ministro le dice tímidamente.

Rey esa no la hemos comprado

-¿Que esperan para hacerlo?, mi gran vecino tiene la mejor, quiero de esas, no se paren por el dinero, tenemos suficiente.

Y así; seguía y seguía con monólogos interminables, disolviendo enjuiciando, ofendiendo, alterando el orden.

La gente toleraba y toleraba, hasta que un buen día, la población decidió salir a la calle y pedir su renuncia. Esto lo molesto mucho y envió el ejercito a la gran multitud, el pueblo herido no sabia que hacer, solo esperaba mejores oportunidades para quitarse el yugo del rey gozón.

Esta historia no termina a igual que las fantásticas… y todos fueron muy felices; tenemos que esperar una próxima historia