Tres cosas hay en la vida: la
ira, la codicia y la excesiva estima de uno mismo. (Mahoma)
La codicia, la ira y el ego no
nos dejan evolucionar como seres humanos.
Por esa razón, la inconformidad
se mantiene viva
Siempre el querer más y más las cosas materiales, llevándose por delante
a quien sea por obtenerlos…
Siempre juzgando y criticando
Siempre anteponiendo mi criterio
por encima del otro.
Esto es el pan nuestro de cada
día.
Por eso estamos como estamos
Nada nos gusta
Nada nos agrada
Estamos en el final de los
tiempos y no nos damos cuenta
Los libros sagrados mencionaron estos tiempos difíciles
Y nosotros teníamos como humanos el poder evitarlo y no lo hicimos, se nos dijo
que éramos creadores y no lo creímos, se nos dijo únanse, hagan el bien,
amanse como si fueran uno y no lo
hicimos. Nos dividió la religión y las falsas
creencias.
No nos vemos como hermanos, discriminamos al otro por el solo hecho de no pensar como nosotros… ponemos grandes fronteras entre pueblos, países y entre nosotros mismos,
si somos blancos, negros, ricos, pobres, si no tienes mi misma creencia política
o religiosa; todo quizás por miedo, por ignorancia o para evitar el contacto
verdadero por el que fuimos creados.
La humanidad siempre sorda, terca, egoísta ha hecho caso omiso a
los mandatos y ordenanzas dadas
ancestralmente y nos hemos envuelto
en guerras, malversaciones, corrupción, odios, peleas entre hermanos.
Si revisamos los mensajes y a los
enviados de Dios, nos daremos cuenta de cuál fue y ha sido su verdadera misión “SALVAR A LA HUMANIDAD”
¿Pero salvar a la humanidad de qué?
Creo a manera de reflexión que
salvarnos de nosotros mismos, hacer que
verdaderamente resucitemos de entre los muertos, que despertemos
consciencia y nos demos cuenta a que vinimos a este hermoso planeta. A este planeta
laboratorio, donde somos probados, donde vamos a ser juzgado por la divinidad.
Cuando a Moisés le fue dictado los diez mandamientos, una ordenanza de orden moral y religiosa, se
implantó el miedo, el castigo necesario en esa sociedad corrompida, para sacar al pueblo judío a la tierra prometida y
aprendiera a ser leal.
Moisés nos brindo conocimiento en
cambio Jesús el Cristo, nos trajo el amor, nos trajo el aprender a vernos como hermanos y Mahoma vino a
restablecer el orden social y económico.
El humano a conveniencia ha tergiversado la enseñanza y la ha acomodado a su
beneficio propio, le ha quitado y le ha puesto.
Pero lo que tenemos claro es que
los todos los profetas han venido con
una misión y todos nosotros también…
¿La hemos descubierto? ¿Sabemos a qué
hemos venido? ¿Tiene esperanza el mundo y nosotros de ser salvados? ¿Qué
debemos hacer?
En la Unificación, en el amor, en
la verdad de Dios encontraremos nuestro mundo interior y seremos UNO CON DIOS.
Chela Palacios
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