El gato gris compañero de insomnios.
Se acerca, ronronea, me acaricia.
Lo toco, se engrincha, saca sus uñas, lo regaño, se aleja.
Se limpia, observa a todos lados.
Vuelve a comenzar.
Que vida de gato.
Un gato que parece un perro, me sigue a todas partes, del cuarto a
la sala, de la sala a la cocina y viceversa.
Mas tarde mi gato perro cumple su misión. Si algún ratón pasa por
su lado, se prepara para la caza, lo persigue, lo atrapa y comienza el juego, deja que el ratón crea que se puede escapar, lo atrapa de nuevo, lo bajea hasta dormirlo. Se lo come o lo deja tirado en el piso. Lo contempla de lejos ¡Orgulloso!, como diciendo “he ahí mi gran obra, mi gran hazaña”.
Pero nadie hace loas, nadie aplaude, tampoco sale en las páginas rojas de los periódicos ningún titular que diga:
UN GATO PERRO DIO MUERTE A UN RATON, EN
Nada atractiva la vida del ratón que cayó en las garras del Gato Perro.
Chela Palacios
1 comentario:
ME ENCANTA ESTE CUENTO!!! ESPERO LEER MÁS COMO ESTOS... Y ME ENCANTA ESTE BLOG.
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